Entre los planetas rocosos del sistema solar, únicamente la Tierra y Mercurio crean campos magnéticos. Nuestros vecinos más cercanos, Venus, Marte y la Luna, no son magnéticos en la actualidad. Sin embargo, meteoritos provenientes de estos cuerpos indican que generaban campos magnéticos hace miles de millones de años. El estudio de estos campos magnéticos nos ayuda a comprender cuáles son las propiedades térmicas, químicas y la dinámica y evolución del interior de estos planetas desde su formación, hace 4600 millones de años.
El sistema solar contiene millones de asteroides, con diámetros de hasta unos 500 km. Durante los primeros cientos de millones de años desde su formación, los asteroides estaban formados por un manto sólido rocoso y un núcleo líquido metálico capaz de generar campos magnéticos. A medida que el asteroide se enfriaba lentamente, el núcleo líquido se solidificaba, perdiendo la capacidad para crear campos magnéticos por movimiento del líquido metálico. Durante la solidificación, la señal magnética creada por el núcleo en un determinado momento quedaba registrada por aquellos materiales magnéticos del asteroide que en esa época estuviesen a la temperatura adecuada, que es su temperatura de ordenamiento magnético.
Los autores de este trabajo publicado en Nature han identificado en meteoritos provenientes de uno de estos asteroides unas nanopartículas que retienen un registro de la historia de sus campos magnéticos. Para obtener información de estas nanopartículas se necesitan potentes microscopios que sean capaces de observar tamaños tan pequeños, y además obtener su señal magnética. El microscopio capaz de tal hazaña se encuentra en el laboratorio de luz de sincrotrón de Berlín. Este microscopio usa rayos X como fuente de luz, y forma una imagen con resolución espacial de unos pocos nanómetros, en la que se puede ver la señal magnética de la multitud de nanopartículas presentes en los meteoritos.
Los resultados presentados en el artículo sugieren que el mecanismo para la generación de campos magnéticos era la migración de algunos elementos ligeros desde el interior del asteroide hacia la superficie en el proceso de solidificación del núcleo. Este resultado cambia la perspectiva sobre como se generaban los campos magnéticos en el sistema solar temprano, ayudándonos a entender la curiosa historia magnética de la Luna, e incluso nos proporciona un adelanto sobre el destino del propio campo magnético de la Tierra según su núcleo continúa enfriándose.

Un fragmento de este meteorito, parte de la colección del Natural History Museum de Londres, ha sido estudiado con un Microscopio Electrónico de Fotoemisión en el sincrotrón berlinés BESSY II para extraer la historia del campo magnético creado por el asteroide al que perteneció. Julia Herrero-Albillos, CUD e ICMA (CSIC-Universidad de Zaragoza)
«Long-lived magnetism form solidication-driven convection on the pallasite parent body». JFJ Bryson, CIO Nichols, J Herrero-Albillos, F Kronast, T Kasama, H Alimadadi, G van der Laan, F Nimmo, RJ Harrison. Nature 517, 472 (2015).
Julia Herrero-Albillos, Centro Universitario de la Defensa
e
Instituto de Ciencias Materiales de Aragón (CSIC-Universidad de Zaragoza)
También puedes ver: